martes, 25 de mayo de 2010

Pintura en Francia


















La pintura barroca francesa es sobre todo mitológica y retratística, con Poussin como su mejor exponente.

A comienzos del siglo XVII persisten las tendencias de la segunda escuela de Fontainebleau. El retorno de Simon Vouet, príncipe de la Academia de San Lucas de 1624 a 1627, en 1627 marca el comienzo de la recuperación de la pintura francesa. Este pintor es considerado el más propiamente barroco.

El naturalismo de origen caravaggesco queda representado en la obra de Valentin de Boulogne († 1634), el famoso tenebrista Georges de La Tour († 1652) que desarrolla su labor en la corte de Lorena y en las escenas campesinas pintadas a la manera de una escena de género por los hermanos Le Nain: Antoine, Louis y Matheo.

Los grandes maestros del clasicismo son Nicolas Poussin (1594-1665), pintor de temas mitológicos e históricos, y Claude Lorrain (1600-1682), destacado paisajista que influyó en el romanticismo e incluso en los orígenes del impresionismo. Ambos residen en Roma, pero reciben continuos encargos para su país. Trabajan en el problema dominante de la expresión de la perspectiva atmosférica. Poussin desempeña un papel decisivo en la rápida perfección de la escuela francesa en su breve vuelta a París (1640-1642).

En la corte francesa de Luis XIII y Luis XIV se cultivó con profusión el retrato. Inició el género el flamenco Philippe de Champaigne (1602-74), con representaciones de los personajes cortesanos en todo su esplendor y que en sus retratos laicos alcanza una expresión más mundana; fue continuado por retratistas que alcanzan ya el siglo XVIII: Hyacinthe Rigaud (1659-1747) y Nicolas Larguilliere (1656-1746), quienes restituyen al retrato su calidad plástica, pero con una búsqueda de suntuosidad y elocuencia que excluye la profundidad de análisis.

En la vida pictórica de este siglo destaca la creación de la Academia Real de Bellas Artes (1648), para superar la vieja corporación de pintores, como un gremio u oficio, propugnando en cambio que se contemple como un "arte liberal". Charles Le Brun fue el pintor académico por excelencia, pintor del rey desde 1664, que ejerce una auténtica tiranía artística. Le Brun alcanza el ideal del pintor gran señor y amigo del soberano. Junto a él cabe mencionar al retratista cortesano Pierre Mignard, que hace tender el retrato hacia una fórmula graciosa y vacía.

Antoine Coypel y Charles de la Fosse († 1716) son los últimos representantes de las tendencias barrocas de inspiración italiana.


En el siglo XVIII predomina el rococó, unas pinturas llenas de viveza y encanto típicamente francés, con nombres como los de Watteau, Boucher o Fragonard.


Retrato de Luis XIV, 1701, por Rigaud.A comienzos de siglo, continúa trabajando Hyacinthe Rigaud, cuyo Retrato de Luis XIV, conservado en el Museo del Louvre suele considerarse la imagen más representativa del Gran Siglo. Le Brun sigue marcando las tendencias desde la Academia, institución que goza de gran estabilidad. Aunque los jóvenes artistas siguen yendo a formarse a Roma, se produce un cierto desplazamiento, fijándose más en las obras que se realizan en Venecia.

Las formas del estilo clásico dan paso, en el reinado de Luis XV, al estilo rococó. Su representante más antiguo es Antoine Watteau (1684-1721), creador del género de las "fiestas galantes". François Boucher (1703-70) es el pintor de la sensualidad, de los desnudos femeninos. Finalmente, Jean-Honoré Fragonard (1732-1806) compagina la realización de escenas galantes y otras más sentimentales que preludian el romanticismo.

Neoclasicismo [editar]Entre los siglos XVIII y XIX se desarrolla el neoclasicismo, como reacción a los excesos rococós. Encarna los ideales de la Ilustración y se convierte en el arte de la Revolución francesa primero y del Imperio Napoleónico después.

El artista más destacado es Jacques-Louis David (1748-1825), que en 1784 había presentado Juramento de los Horacios. Como pintor napoleónico destaca en La coronación de Napoleón I en Notre Dame (1805-7).

Romanticismo
La balsa de la Medusa, por GéricaultEl romanticismo se nota ya en un discípulo de David, François Gérard (1770-1837), que pinta retratos al estilo sentimental de la nueva época.

Los pintores románticos franceses más destacados fueron Pierre Proudhon (1758-1823); Théodore Géricault (1791-1824), cuya obra más conocida es La balsa de la Medusa; y Eugène Delacroix (1798-1863), con obras como Las matanzas de Quíos y La muerte de Sardanápalo.

Realismo [editar]Ya desde 1831 se aprecia una evolución hacia el realismo, con obras que reflejan un paisaje realista: Camille Corot (1796-1875), pintor de transición entre el paisaje clásico y el realista. Realistas son también los paisajistas de la Escuela de Barbizon.

El realismo testimonial, que refleja la vida cotidiana del pueblo, viene representada por autores como:

Jean-François Millet (1814-75), cuya obra más conocida es El Ángelus (1857-59)
Gustave Courbet (1819-77), cuya obra más famosa es El entierro en Ornans.
Honoré Daumier (1808-79).

Impresionismo
Impresión:sol naciente, 1872, por MonetEn 1874 se celebra en Francia la primera exposición colectiva de los impresionistas. Es considerado el movimiento más importante en la pintura de las últimas décadas del siglo XIX.

Édouard Manet (1822-83) es considerado un precursor del movimiento; su obra más conocida es Le Dejeuner sur l’herbe (Almuerzo sobre la hierba).

El cuadro que dio nombre a este movimiento fue Impresión: sol naciente, de Claude Monet (1840-1936), presentado en la primera exposición colectiva 81874). Dentro del movimiento impresionista pintaron, además, Renoir (1841-1919), Camille Pissarro; Alfred Sisley (1839-99), más bien paisajista; Edgar Degas, que pinta escenas urbanas con luz artificial; Berthe Morisot y Paul Cézanne (1839-1906).

Cubismo
Hombre sentado, de Roger de la Fresnaye, 1914.Entre 1907 y 1914 se desarrolla el Cubismo, movimiento artístico que tuvo como principales fundadores al español Pablo Picasso y al francés Georges Braque. El cubismo trata las formas de la naturaleza por medio de figuras geométricas, representando todas las partes de un objeto en un mismo plano. Es considerada la primera vanguardia ya que rompe con el último estatuto renacentista vigente a principios del siglo XX, la perspectiva. Hace su primera aparición colectiva en el Salón de Independientes de 1911.

Braque se aparta de su inicial afección al fauvismo para lanzarse, tras conocer la obra de Picasso, al cubismo. Otros pintores que difundieron el cubismo fueron: Albert Gleizes (1891-1953), Jean Metzinger (1883-1956), Roger de la Fresnaye (1885-1925) y Fernand Léger (1881-1955).

Derivados del cubismo son otros movimientos artísticos menores, como el "purismo" de Charles Edouard Jeanneret (1887-1966) y Amédée Ozenfant (1886-1966) y el "orfismo" lanzado desde 1912 por obra de Robert Delaunay y František Kupka, ya prenamente abstractos.

Abstracción Dentro del arte abstracto Robert Delaunay elaboró, desde 1912, a partir de las teorías de Chevreul sobre el contraste simultáneo de los colores, sus ventanas y sus primeras formas circulares cósmicas abstractas, mientras que František Kupka exponía en el Salón de Otoño de 1912 Amorfa, fuga de dos colores y en 1913 Planos verticales azules y rojos.

La abstracción de Fernand Léger (Contrastes de forme, 1913-1914) y la de Picabia (Udnie, 1913) utilizaron formas cubistas sin renunciar a la intensidad cromática.

En paralelo a la abstracción constructivista se desarrolló una abstracción llamada biomórfica, que nació de las formas creadas por Jean Arp a finales de la década de 1910
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