martes, 25 de mayo de 2010

¿Es posible enseñar arte?






Hay quien sostiene que el artista nace, no se hace. Y muchos profesores enfatizarán que no pueden enseñar al alumno a ser artista. Estas afirmaciones dependerán de la ideología que se fomente sobre el arte, su función en la sociedad y la figura del artista. Y es que, puntualizar sobre la enseñanza del arte requiere definir el arte y esto, en sí, es difícil pues en la actualidad se disgrega en múltiples formas inasibles que anticipan el advenimiento de una nueva situación y una renovación de las prácticas artísticas, y por lo tanto de su enseñanza.

El arte en Francia

Francia es un país que ha dado muchos nombres al mundo de la ciencia, las artes, las letras… Francia se podría decir que a nivel cultural es uno de los países más importantes del mundo, un país donde la cultura ha destacado por encima de todas las cosas a lo largo de la historia, con grandes pintores, literatos, actores, artistas… y una larga lista de tradiciones.
Para empezar, podríamos destacar a Francia como el país que ha dado un mayor número de ganadores del Premio Nóbel de Literatura. De la literatura pasamos a la música, y debemos reseñar que durante la época del romanticismo, el mundo de la música giraba en torno a Francia.

Su arquitectura es también digna de destacar, los celtas y sus monolitos; los templos romanos o los puentes que construyeron durante su imperio; las Catedrales góticas de notre Dame, Amiens o la de Chartres, así como los palacios y los castillos que podemos encontrar alrededor del país; el Palacio de Louvre y su estilo barroco; el modernismo de la Torre Eiffel, el Arco del Triunfo, el Teatro Ópera… son lugares que representan la arquitectura francesa.

En cuanto a los motivos arquitectónicos, la escultura, también Francia vivió diversos estilos destacados.

En el campo de las artes plásticas, de la pintura, sirva destacar nombres como el de Delacroix, de Matisse, con el romanticismo y el fauvismo como corrientes más destacadas, sin olvidar de otros nombres que dieron esplendor a la pintura francesa, como el impresionista Edouard Manet, Tolouse Latrec, Gauguin…

Ya en el Siglo XX, las artes audiovisuales destacaron en Francia con los hermanos Lumiere, los primeros cineastas de la historia del mundo.

Dentro de la cultura, debemos destacar también escritores, filósofos, ensayistas, como Voltaire, Descartes, Sastre, Zola, Montesquieu, Rousseau… sin olvidar otros artistas extranjeros que desarrollaron su actividad en París, en Francia, artistas como los españoles Luís Buñuel o Pablo Ruiz Picasso; o los latinoamericanos Mario Vargas Llosa o Gabriel García Márquez; o de otras nacionalidades como James Joyce, Oscar Wilde, Chopin, Leonardo Da Vinci o Van Gogh.

Pintura en Francia


















La pintura barroca francesa es sobre todo mitológica y retratística, con Poussin como su mejor exponente.

A comienzos del siglo XVII persisten las tendencias de la segunda escuela de Fontainebleau. El retorno de Simon Vouet, príncipe de la Academia de San Lucas de 1624 a 1627, en 1627 marca el comienzo de la recuperación de la pintura francesa. Este pintor es considerado el más propiamente barroco.

El naturalismo de origen caravaggesco queda representado en la obra de Valentin de Boulogne († 1634), el famoso tenebrista Georges de La Tour († 1652) que desarrolla su labor en la corte de Lorena y en las escenas campesinas pintadas a la manera de una escena de género por los hermanos Le Nain: Antoine, Louis y Matheo.

Los grandes maestros del clasicismo son Nicolas Poussin (1594-1665), pintor de temas mitológicos e históricos, y Claude Lorrain (1600-1682), destacado paisajista que influyó en el romanticismo e incluso en los orígenes del impresionismo. Ambos residen en Roma, pero reciben continuos encargos para su país. Trabajan en el problema dominante de la expresión de la perspectiva atmosférica. Poussin desempeña un papel decisivo en la rápida perfección de la escuela francesa en su breve vuelta a París (1640-1642).

En la corte francesa de Luis XIII y Luis XIV se cultivó con profusión el retrato. Inició el género el flamenco Philippe de Champaigne (1602-74), con representaciones de los personajes cortesanos en todo su esplendor y que en sus retratos laicos alcanza una expresión más mundana; fue continuado por retratistas que alcanzan ya el siglo XVIII: Hyacinthe Rigaud (1659-1747) y Nicolas Larguilliere (1656-1746), quienes restituyen al retrato su calidad plástica, pero con una búsqueda de suntuosidad y elocuencia que excluye la profundidad de análisis.

En la vida pictórica de este siglo destaca la creación de la Academia Real de Bellas Artes (1648), para superar la vieja corporación de pintores, como un gremio u oficio, propugnando en cambio que se contemple como un "arte liberal". Charles Le Brun fue el pintor académico por excelencia, pintor del rey desde 1664, que ejerce una auténtica tiranía artística. Le Brun alcanza el ideal del pintor gran señor y amigo del soberano. Junto a él cabe mencionar al retratista cortesano Pierre Mignard, que hace tender el retrato hacia una fórmula graciosa y vacía.

Antoine Coypel y Charles de la Fosse († 1716) son los últimos representantes de las tendencias barrocas de inspiración italiana.


En el siglo XVIII predomina el rococó, unas pinturas llenas de viveza y encanto típicamente francés, con nombres como los de Watteau, Boucher o Fragonard.


Retrato de Luis XIV, 1701, por Rigaud.A comienzos de siglo, continúa trabajando Hyacinthe Rigaud, cuyo Retrato de Luis XIV, conservado en el Museo del Louvre suele considerarse la imagen más representativa del Gran Siglo. Le Brun sigue marcando las tendencias desde la Academia, institución que goza de gran estabilidad. Aunque los jóvenes artistas siguen yendo a formarse a Roma, se produce un cierto desplazamiento, fijándose más en las obras que se realizan en Venecia.

Las formas del estilo clásico dan paso, en el reinado de Luis XV, al estilo rococó. Su representante más antiguo es Antoine Watteau (1684-1721), creador del género de las "fiestas galantes". François Boucher (1703-70) es el pintor de la sensualidad, de los desnudos femeninos. Finalmente, Jean-Honoré Fragonard (1732-1806) compagina la realización de escenas galantes y otras más sentimentales que preludian el romanticismo.

Neoclasicismo [editar]Entre los siglos XVIII y XIX se desarrolla el neoclasicismo, como reacción a los excesos rococós. Encarna los ideales de la Ilustración y se convierte en el arte de la Revolución francesa primero y del Imperio Napoleónico después.

El artista más destacado es Jacques-Louis David (1748-1825), que en 1784 había presentado Juramento de los Horacios. Como pintor napoleónico destaca en La coronación de Napoleón I en Notre Dame (1805-7).

Romanticismo
La balsa de la Medusa, por GéricaultEl romanticismo se nota ya en un discípulo de David, François Gérard (1770-1837), que pinta retratos al estilo sentimental de la nueva época.

Los pintores románticos franceses más destacados fueron Pierre Proudhon (1758-1823); Théodore Géricault (1791-1824), cuya obra más conocida es La balsa de la Medusa; y Eugène Delacroix (1798-1863), con obras como Las matanzas de Quíos y La muerte de Sardanápalo.

Realismo [editar]Ya desde 1831 se aprecia una evolución hacia el realismo, con obras que reflejan un paisaje realista: Camille Corot (1796-1875), pintor de transición entre el paisaje clásico y el realista. Realistas son también los paisajistas de la Escuela de Barbizon.

El realismo testimonial, que refleja la vida cotidiana del pueblo, viene representada por autores como:

Jean-François Millet (1814-75), cuya obra más conocida es El Ángelus (1857-59)
Gustave Courbet (1819-77), cuya obra más famosa es El entierro en Ornans.
Honoré Daumier (1808-79).

Impresionismo
Impresión:sol naciente, 1872, por MonetEn 1874 se celebra en Francia la primera exposición colectiva de los impresionistas. Es considerado el movimiento más importante en la pintura de las últimas décadas del siglo XIX.

Édouard Manet (1822-83) es considerado un precursor del movimiento; su obra más conocida es Le Dejeuner sur l’herbe (Almuerzo sobre la hierba).

El cuadro que dio nombre a este movimiento fue Impresión: sol naciente, de Claude Monet (1840-1936), presentado en la primera exposición colectiva 81874). Dentro del movimiento impresionista pintaron, además, Renoir (1841-1919), Camille Pissarro; Alfred Sisley (1839-99), más bien paisajista; Edgar Degas, que pinta escenas urbanas con luz artificial; Berthe Morisot y Paul Cézanne (1839-1906).

Cubismo
Hombre sentado, de Roger de la Fresnaye, 1914.Entre 1907 y 1914 se desarrolla el Cubismo, movimiento artístico que tuvo como principales fundadores al español Pablo Picasso y al francés Georges Braque. El cubismo trata las formas de la naturaleza por medio de figuras geométricas, representando todas las partes de un objeto en un mismo plano. Es considerada la primera vanguardia ya que rompe con el último estatuto renacentista vigente a principios del siglo XX, la perspectiva. Hace su primera aparición colectiva en el Salón de Independientes de 1911.

Braque se aparta de su inicial afección al fauvismo para lanzarse, tras conocer la obra de Picasso, al cubismo. Otros pintores que difundieron el cubismo fueron: Albert Gleizes (1891-1953), Jean Metzinger (1883-1956), Roger de la Fresnaye (1885-1925) y Fernand Léger (1881-1955).

Derivados del cubismo son otros movimientos artísticos menores, como el "purismo" de Charles Edouard Jeanneret (1887-1966) y Amédée Ozenfant (1886-1966) y el "orfismo" lanzado desde 1912 por obra de Robert Delaunay y František Kupka, ya prenamente abstractos.

Abstracción Dentro del arte abstracto Robert Delaunay elaboró, desde 1912, a partir de las teorías de Chevreul sobre el contraste simultáneo de los colores, sus ventanas y sus primeras formas circulares cósmicas abstractas, mientras que František Kupka exponía en el Salón de Otoño de 1912 Amorfa, fuga de dos colores y en 1913 Planos verticales azules y rojos.

La abstracción de Fernand Léger (Contrastes de forme, 1913-1914) y la de Picabia (Udnie, 1913) utilizaron formas cubistas sin renunciar a la intensidad cromática.

En paralelo a la abstracción constructivista se desarrolló una abstracción llamada biomórfica, que nació de las formas creadas por Jean Arp a finales de la década de 1910
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Música en Francia












La música francesa, como el arte mismo, tiene sus orígenes en la Prehistoria. Y es que en este periodo existían ya algunos objetos que eran utilizados como instrumentos musicales.
Tambores, maracas, flautas, así como la voz humana, servían a los primeros humanos para realizar música. Desde Francia hasta Rusia, se han encontrado flautas y silbatos de tres a siete agujeros, entre otros objetos musicales.
A partir de los siglos XI/XII la música francesa empieza a adquirir más importancia y un carácter propio. De este modo, las “chansons de geste” o cantares de gesta franceses se hicieron muy populares con sus típicas hazañas épicas. El juglar, que era el encargado de transmitir estos mensajes informativos y musicales, sabía modular la voz perfectamente según el momento del relato. Estos cantares de gesta se basaban siempre en la exaltación de personajes populares y sucesos de armas. Generalmente se empieza por una descripción del héroe, su nombre, la armadura que lleva, su pendón y sus armas pintadas en el escudo. Entonces, se explica el significado de dichas armas y cómo las ha conseguido el caballero, protagonista del “cantar”.


La música clásica francesa, en cuyos orígenes hallamos la música medieval y la renacentista, tuvo un papel fundamental en la cultura occidental. Y es que ésta va a surgir durante la Revolución Francesa. En esta época de cambios, de rupturas y de transformaciones nace el Clasicismo, que en esencia, busca el ideal de lo bello y lo equilibrado. Se da importancia a la forma, ya que es a través de ella por la que se expresa esta perfección, esta belleza. Es un tipo de música que debe ser brillante, delicada y alegre.

Hacia mediados del siglo XX varios artistas de la calle sobrevivían gracias a la canción. La necesidad de ganarse el pan hizo que los cantautores se esforzaran al máximo en la interpretación de las canciones dando énfasis a lo dramático para llamar la atención del público. Desde este momento el artista francés canta de una forma muy peculiar y sabe llegar al alma de la persona. La “chanson” francesa, que cuenta con grandes exponentes como Maurice Chevalier o Edith Piaf, nace de un sentimiento auténtico y único, promovido a menudo por la pobreza.

Aunque la época esplendorosa de la “chanson” francesa sea la de los años 50 y 60, con grandes artistas como Charles Trenet, el carismático Serge Gainsbourg, el belga Jacques Brel o el poético Georges Brassens, la música francesa ha tenido en cada periodo sus propios genios, que han sabido transmitir el carácter y el sentimiento único de este país.


Manu Chao































(París, 1961) Cantante y compositor hispano-francés, ex líder de la banda Mano Negra, creador de un personal estilo que sintetiza músicas de todo el mundo, y figura destacada de los movimientos antiglobalización en el ámbito musical.

Manuel Chao nació el 21 de junio de 1961 en París, hijo del periodista Ramón Chao y de Felisa, física de profesión, ambos gallegos inmigrantes. Pasó su infancia en Boulogne-Billancourt y luego en Sèvres, poblaciones de la región parisiense. Siempre fue un alumno brillante, y sus aficiones en el tiempo libre eran jugar al fútbol con amigos y escuchar todo tipo de música, desde rock hasta canciones revolucionarias españolas.


En 1987 formó Mano Negra, un heterogéneo combo multirracial junto con su hermano Antoine (trompetista) y su primo Santiago Casiriego (batería). Empezaron tocando en el metro de París y enseguida llamó la atención su explosiva combinación de músicas: rock, rumba, hip-hop, salsa, raï y punk, cantadas en francés, español, inglés y árabe.

Manu escribía las canciones y era el líder visible del grupo. En junio de 1988 publicaron su primer disco, titulado con el nombre con que bautizaron su peculiar estilo: Patchanka. La enérgica rumba Mala vida fue su presentación, y el grupo pronto se ganó una merecida reputación de banda de directo electrizante.

Actualmente solista,simbolo de movimientos antisistema, sigue caracterizandose por su gran estilo único de introducir diversos idiomas y generos cómo :
Worldbeat
Rock
Reggae
Ska
Punk
Alterlatino
Blues
Mestizo

Discografía

Junto a Mano Negra Patchanka - 1988
Puta's fever - 1989
King of Bongo - 1991
Amerika Perdida - 1991
In the Hell of Patchinko - 1992
Casa Babylon - 1994
Best of Mano Negra - 1998
Best of Mano Negra 2005 - 2005
Como solista [editar]1998 - Clandestino - Esperando La Última Ola...
2001 - Próxima estación: Esperanza
2002 - Radio Bemba Sound System
2004 - Sibérie M'Était Contéee
2007 - La Radiolina
2009 - Baionarena (Doble CD+DVD)

Escultura Francesa








El interés político de los reyes de Francia por asentar sus dominios en tierras italianas tuvo consecuencias culturales, ya que fueron varios los artistas italianos que a partir de la segunda mitad del siglo XV se establecieron en la corte francesa, siendo Francisco I el principal mecenas de estos artistas, entre los que se encontraba Leonardo da Vinci. Hacia 1460 se estableció en Provenza el escultor Francesco Laurana, al que se considera el introductor del Renacimiento en Francia, que trabajó sobre todo en la parte sur del país. Una de sus esculturas más conocidas es el sepulcro de Carlos IV de Anjou en la catedral de Le Mans.

Uno de los temas más tratados en la escultura francesa de esta época es el del Santo Entierro y los monumentos sepulcrales donde la figura del yacente es tratada con gran realismo. Se representa el difunto como cadáver o incluso en esqueleto; en el momento de la transición, como es el caso del de Juana de Borbón en el Louvre. De este tipo son dos obras realizadas por Ligier Richier con policromía en blanco, negro y gris: el Memorial de René de Chalon en Bar-le-Duc en el que el esqueleto parcialmente descarnado tiende un corazón hacia el cielo; y el demacrado cuerpo yacente de Felipa de Güeldres en la Iglesia des Cordeliers de Nancy. Esta alegoría de la resurrección de los muertos llega mediante el camino de la «terribilità» italiana y del desvelamiento del interior del cuerpo, aunque no presente una anatomía perfecta a los ojos de la ciencia.

Su sobrino Guillaume Regnault, también escultor, le sucedió en el cargo como escultor de la Reina. Su obra maestra son las estatuas yacentes del consejero real Louis Porcher y su esposa, hoy en el Museo del Louvre.

También a principios del siglo XVI, Jean Goujon (llamado el Fidias francés) inició sus trabajos en Ruán, y en 1544 acudió a París para ser nombrado escultor real en 1547, donde realizó numerosos encargos como las alegorías de Las Cuatro Estaciones, las Ninfas, unas Cariátides para la tribuna de los Músicos y realizó los signos del Zodíaco para el antiguo ayuntamiento de París. Por estos mismos años Germain Pilon realizó numerosos monumentos funerarios con gran influencia de Miguel Ángel, entre los que destaca el Cristo Resucitado con figuras de los guardianes, un grupo para la capilla de Enrique II conservado en el Museo del Louvre, cuyas figuras están inspiradas en composiciones pictóricas como el José de Arimatea de Rosso Fiorentino. El Cristo muerto se asemeja a los grabados de Parmigianino, pues las figuras buscan las diagonales y los escorzos son espectaculares, con los pliegues de los vestidos apretados y muy delgados, recordando los relieves de la antigüedad clásica. Fiel seguidor suyo fue su discípulo Bartolomé Prieur, quien trabajó al servicio de Enrique IV de Francia. Pierre Puget, llamado el «Bernini francés», fue ya un escultor tardío del Renacimiento; sobresalió su obra Milón de Crotona.

La danza en Francia






Se originó en las cortes renacentistas como consecuencia de las lujosas cortes de Italia; las bodas aristocráticas eran espléndidas celebraciones y los músicos y bailarines de la corte colaboraban para proveer un entretenimiento elaborado.

Sus inicios históricos fueron formados principalmente por el Ballet francés de tour, el cual consiste en danzas sociales presentadas por la nobleza en dúos con música, discursos, versos, canciones, desfiles, decoración y disfraces. Cuando Catherine de Medici, una aristócrata italiana con un gran interés en las artes, se casó con un duque francés, ella llevó su entusiasmo por la danza a Francia y otorgó el soporte financiero necesario para que se desarrollara esta nueva actividad artística.

El auge del arte de las presentaciones de la danza clásica comenzó en Francia durante el reinado de Louis XIV, a quien le apasionaba la danza y determinó revertir el deterioro de la calidad de la danza que comenzó en el siglo XVII. Para ello estableció la Real Academia de Danza, que es actualmente el Paris Opera Ballet, en 1661. Las primeras referencias sobre las cinco posiciones elementales del baile aparecen en los escritos de Pierre Beauchamp, un bailarín y coreógrafo de la corte.


El ballet es una danza académica y clásica específica y una técnica que se enseña en las escuelas de baile según métodos específicos. Los trabajos coreográficos empleados en esta técnica son llamados ballets, y usualmente incluyen, danza, mímica, actuación y música (por lo general, orquestal, y en ocasiones cantada dentro de óperas). Es mejor conocido por su técnica y sus presentaciones únicas, tales como el trabajo de puntillas y las largas extensiones; sus movimientos precisos, sueltos y llenos de gracia; y sus cualidades etéreas.

lunes, 24 de mayo de 2010

Arquitectura Francesa





Este arte francés es de caracter elegante y refinado, cosa que se proyecta en sus obras arquitectónicas. Los arquitectos franceses del Renacimiento y del período neoclásico son especialistas en construcciones palaciegas, poseen los castillos más bellos del mundo, miles de turistas acuden para admirar estas edificaciones monumentales, que aun se encuentran en perfectas condiciones.



Castillos en Francia
La mayoría de castillos de Francia están en la región del Loira, allí existen numerosas construcciones
palaciegas. La mayoría de ellas fueron edificadas durante el Renacimiento, época de gloría para los arquitectos franceses concentrados en París. Para conseguir levantar estas construcciones magníficas aplicaron su fina creatividad estética y técnicas de ingeniería avanzada. Dentro de esta zona se ubica la castillo morárquico más famoso de Francia, el Chambord. Una parte del valle del Loira, con 42 castillos, ha sido nombrada patrimonio de la humanidad por la UNESCO.